Las redes sociales se han tornado en columna vertebral de nuestro diario vivir. El universo digital colinda sin fronteras visibles con el real. ¿Nuestra generación está lista para tal híbrido? Es la cuestionante irresoluta. La interrogante sin dilucidar. La coexistencia a perseguir.
La Dra. Liddy Kiaty, destacada terapeuta y «Premio Nacional de la Juventud» con un amplio background en salud mental y adicciones nos enrostra hacia donde nos dirigimos en el espectro virtual.
La depresión es el resultado de la ausencia de paz mental. Es un flagelo vital para el bienestar individual que suele impactar el colectivo (familiar). No debe ser satanizada la misma. Despojarnos del estigma y lidiar con ella de forma fluida. ¿Será posible la panácea? Las redes sociales fungen como un estímulo neuronal pudiese generarse adictivo. Puedes dar cabida a la ansiedad por el simple mero hecho del cerebro «sentir alivio constante» tras involucrarse en recibir esa recompensa. Es cuando resulta una patología conductual en la cual no se miden consecuencias. Llega la adicción.
El problema radica en ¿por qué es importante la aprobación allí? ¿Por qué mide ello tu calidad de vida? ¿Incide en tu ánimo o cómo concluye tu día? ¿Impacta tu agenda o tiempo del día? El mal uso y la frecuencia se convierte en algo irregular o anormal. Es un arma de doble filo incide positiva o negativamente en tu vida laboral y personal. Decídete.
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IG: @liddykiaty
